EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
I
PRIMERA CATEQUESIS
1601 Es una "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados"
(CIC can. 1055, §1)
I. El matrimonio en el plan de Dios
1602 La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,9; cf. Ap 19, 7).
su "misterio", su institución y el sentido que Dios le dio, su origen y su fin, sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación "en el Señor" (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef 5,31-32).
El matrimonio en el orden de la creación
1603 ES UNA " íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por Dios.
Dios es el autor del matrimonio" (GS 48,1).
La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer.
El matrimonio no es una institución puramente humana.(cf GS 47,2).
1604 Dios que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano.
Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16). Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre.
Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn 1,31). porque Dios es amor y el Amor nace y viene de Dios, solo de Dios, para amarse Y LOS ESPOSO DEBEN AMARSE CON EL AMOR DE DIOS, QUE ES PURO, LIMPIO, GRANDE, IRREEMPLAZABLE.
Este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo-LOS HIJOS PARA FORMAR UNA FAMILIA, y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. «Para esto los bendijo Dios y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla"» (Gn 1,28). Dios les dio dominio sobre todos las cosas y a ellos sobre si, no para dominarse el uno con el otro, los unió para servirse por amor.
1605 La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: son inseparables, POR ESTE MISMO AMOR Y POR LA BENDICIÓN DE DIOS.
"No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18). El hombre necesita una compañera como la mujer necesita de un compañero. SON EL UNO PARA EL OTRO, AQUÍ NO CABE OTRA PERSONA
LA MUJER, "carne de su carne" (cf Gn 2, 23), SON IGUALES, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una "auxilio" AYUDA, COMPAÑERA, SOCORRO, OTRA MANO A SU LADO. (cf Gn 2, 18), representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf Sal 121,2).
"Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue "en el principio", el plan del Creador (cf Mt 19, 4): "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6).
SON DOS PERO UN SOLO, la unión, la bendición, los hace una sola carne: -dejan su casa, para edificar la suya propia.
-ahora dejan de ser hijos para convertirse en padres, para amar, educar, ser ejemplo de vida para sus hijos.
- por ser uno solo nadie los puede separar, viven el uno para con el otro, hasta que la muerte los separe.
PELIGROS PARA DEL PECADO PARA ROMPER, DAÑAR, PONER EN PELIGRO EL MATRIMONIO.
Peligros que amenazan la unión conyugal del matrimonio. la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos, LOS AGRAVIOS HIRIENTES MINAN LA RELACION y LOS conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura, nacen de dar libertad al pecado Y La concupiscencia, La concupiscencia es una palabra que proviene del latín y significa «desear intensamente». que significa: deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos.
La concupiscencia es un pecado que afecta el alma y es una fuerza que proviene del hombre interior y le hace rebelarse contra Dios.
En Romanos 7:7-8, Pablo explica cómo la ley divina no puede curar la concupiscencia en el corazón del hombre, y que es solo por la gracia de Dios que podemos ser liberados de ella.
En Colosenses 3:5, se nos exhorta a renunciar a la concupiscencia y a poner nuestra fe en Cristo para que podamos vivir una vida nueva en el Espíritu.
Sin embargo, a través de la fe en Jesús y la resistencia a sus tentaciones, podemos vencer la concupiscencia y vivir una vida agradable a Dios.
1 Juan 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo.
Gálatas 5:16-17
Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos son opuestos el uno al otro, para que no hagáis lo que quisiereis.
En el matrimonio es prohibido abrir estas puertas, para esto existe el dialogo y el perdón, para vencer y seguir adelante.
Consejos para combatir la concupiscencia
La lucha contra la concupiscencia es una de las mayores batallas que podemos enfrentar como seguidores de Dios. Aquí compartimos algunos consejos basados en la biblia para ayudarte a vencerla.
1. Mantente en comunión con Dios
La comunión con Dios es esencial para fortalecer tu fe y mantenerte fuerte ante la tentación. Busca tiempo diario para orar y leer la biblia. La escritura dice en Mateo 26:41 que «velad y orad, para que no entréis en tentación». Mantenerte en comunión con Dios te ayudará a resistir la concupiscencia.
2. Rodéate de amigos positivos
Los amigos y compañías que tenemos pueden tener un gran impacto en nuestra vida. Por eso, es importante rodearnos de personas que nos apoyen y nos ayuden a crecer espiritualmente. La escritura dice en Proverbios 13:20 que «el que anda con sabios, será sabio; mas el compañero de los insensatos, será quebrantado».
3. Busca ayuda si es necesario
Si la concupiscencia te está afectando de manera significativa, no dudes en buscar ayuda. Habla con un líder espiritual, un consejero o un amigo de confianza. No te sientas avergonzado o solo, hay muchas personas que están luchando con problemas similares. La escritura dice en Santiago 5:16 que «confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados».
4. Mantente ocupado en actividades positivas
Mantenerte ocupado en actividades positivas puede ayudarte a desviar la atención de la tentación. Practica deportes, haz voluntariado o encuentra un pasatiempo que disfrutes. La escritura dice en 1 Corintios 10:13 que «no os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar».
5. Cultiva la autodisciplina
La autodisciplina es crucial para superar la concupiscencia. En 2 Timoteo 1:7, se dice: «Porque no nos dio Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio». Al cultivar la autodisciplina, podemos controlar nuestros pensamientos y acciones, y resistir las tentaciones de la concupiscencia.
6. Busca constantemente el perdón de Dios
Aunque seamos cristianos, aún somos humanos y es posible que caigamos en la concupiscencia. Sin embargo, en 1 Juan 1:9 se dice: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad». Buscar constantemente el perdón de Dios y confesar nuestros pecados es un paso esencial para vencer la concupiscencia y mantener nuestra relación con Dios fuerte y saludable