SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN.
PENITENCIA - CONFESIÓN - RECONCILIACIÓN - PERDÓN DE LOS PECADOS.
EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN SE CONOCE TAMBIÉN COMO PERDÓN DE LOS PECADOS -QUE OTORGA AL PENITENTE EL PERDÓN Y LA PAZ DE PARTE DE DIOS Y LA GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO.
EL PERDÓN SE RECIBE CUANDO HAY UNA VERDADERA RECONCILIACIÓN CON DIOS Y LOS HERMANOS, CON LA IGLESIA DE DIOS Y CON NOSOTROS MISMOS.
EL SACRAMENTO CONSTA DE CUATRO PASOS -PARTES: 1. EXAMEN DE CONCIENCIA
2. UNA VERDADERA CONTRICIÓN
3. UNA SINCERA CONFESIÓN.
4. Y UNA CLARA SATISFACCIÓN.
5. Cumplir la penitencia para reparar el daño causado por los pecados.
El apóstol San Juan dicta una verdad clave, si confesamos nuestros pecados Dios nos perdonará (1 Juan 1:9). La misericordia de Dios es tan grande que no existe pecado que Él no pueda perdonar siempre y cuando este ha sido confesado (A excepción del pecado contra el Espíritu Santo, que es negar la gracia de Dios para salvarnos, Mateo 12:22-37)
La Biblia nos da muchas referencias a la confesión, por ejemplo en el libro de Proverbios 28:13 es claro en afirmar que el que no confiesa sus pecados no prospera. ¿Realmente quieres prosperar en tu vida espiritual? entonces debes acudir a la confesión.
Pero, ¿Qué poder tiene un sacerdote para perdonar pecados? Si sólo Dios perdona los pecados ( Marcos 2:7 ).
Precisamente solo el Padre puede hacerlo y Jesús porque Jesús es el Hijo de Dios, Asi dijo de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Marcos 2:10) y él ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Marcos 2:5; Lucas 7:48). y luego lo trasnmite con el poder del Espiritu santo al al momento de recusitar, escrito en el Evangelio según San Juan 20:21-23.
Sólo mediante la confesión y la absolución nos reconciliamos con Dios. El texto que nos muestra la institución de este sacramento es Jn 20,22-23.
Este poder otorgado por Jesús, no lo dio a todo el mundo, ni a todos los creyentes, sino a sus discípulos, y sus discípulos al encomendar presbíteros y obispos, les transmitieron este poder. Y para saber que pecados se deben perdonar y cuales ocupan retener es necesario confesarlos, de eso no hay duda. Por eso en la absolución el sacerdote levanta sus manos, señal de adoración al Espíritu Santo.